martes, 24 de septiembre de 2013

ARTES MARCIALES SECRETAS BAJO LA DICTADURA ARGENTINA 1973-1983

por Claudio Madaires
claudio.madaires@gmail.com



Quien gobierna hombres
por la fuerza de las armas,
no está en sincronía con el Tao.

Tao Te Ching


Nací en 1961 en Buenos Aires, en el barrio de Palermo Viejo. Tuve que padecer la última Dictadura militar 1976-1983 desde la adolescencia.

La violencia cundía, junto a la corrupción civil y militar.

En 1978 decidí tomar clases de Artes Marciales en una escuela conocida del barrio de Caballito. Era una escuela de karate del estilo nipón «Shotokan».

Al poco tiempo de iniciadas las clases, las cuales no me satisfacían porque se orientaban a una violencia sin enseñanza teórica alguna, uno de los docentes no recuerdo su nombre nos avisó a todos que la policía de la Dictadura exigía que todos quedáramos «fichados»; es decir:
catalogados por nuestros conocimientos de artes marciales.

Entonces decidí que no podía tomar clases grupales bajo tales condiciones de peligro. Nadie quería ser fichado por la Dictadura, la cual hacía «desaparecer» bebés, niños y adolescentes.

Quienes vivieron bajo la Dictadura, saben qué se sentía, viendo por TV a delincuentes de rostros bestiales con uniformes y trajes de civil, mientras la hiperinflación destruía el país.

Karate en el cráter del volcán Quilotoa, Ecuador


Creo ahora, a tantos años de distancia, que tomé la decisión correcta.

Las artes marciales se enseñan y aprender mejor en secreto.

Como Okinawa bajo la dictadura invasora nipona, las artes marciales se convirteron en enseñanzas «secretas».

A lo largo de mi vida, estudié de forma privada varias artes marciales, incluso algo «jiu-jitsu» y hasta «capoeira».

Agradezco aunque, repito, sin recordar el nombre al «sensei» que tuvo el valor de advertirnos que seríamos fichados a la brevedad.


Gracias, «sensei».



VIDEOS DE ARTES MARCIALES: KURURUNFA




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