por CLAUDIO MADAIRES
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Quien no pretende lucirse
resplandece por su propio brillo
Tao Te King
Una escuela de artes marciales que enseñe métodos de violencia y no los antídoto contra la Violencia, es una escuela inferior incapaz de educar a un ser humano para que se supere a sí mismo siquiera en lo físico estricto.
Da pena ver a tantos niños y jóvenes ingresar con grandes expectativas a escuelas de artes marciales desinteresadas en otra misión que la de generar ingresos a sus propietarios.
Quien enseña a dar patadas en los testículos pero no enseña cómo evitar llegar a ese extremo, no es otra cosa que un docente de patadas en los testículos.
Lamentablemente, una inmensa mayoría de docentes de artes marciales se empeñan en hacer de la enseñanza de la violencia brutal un arma para ganar dinero, a costa de embrutecer a niños, jóvenes y hasta adultos que de buena fe que quisieran superarse a sí mismos cada vez que asisten a una clase de artes marciales.
El embrutecimiento del ser humano se da inexorablemente cuando cuerpo y mente se centran en la Violencia en vez de la No-violencia.
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